(Decimosexto Domingo de Tiempo Ordinario)
Domingo, 20 de julio de 2018.
Todos estamos llamados a vivir en unidad con todos.
Vivir en unidad con todos significa derribar “el muro divisorio, la enemistad” (Efesios 2:14), de manera que los que eran enemigos dejan de serlo a causa del ejemplo y del sacrificio del que fomenta la unidad.

El que alcanza la unidad con otra persona consigue “crear en sí mismo, de los dos, un solo hombre nuevo” (Efesios 2:15). Así, en donde antes había dos o más, ahora hay uno.
Los que destruyen la unidad son los que hablando la unidad, fomentan la división.
“¡Ay de esos pastores que pierden y dispersan las ovejas de mis praderas!” A ellos dice Dios: Les pediré cuentas y los castigaré “por todo el mal que cometieron” (Jeremías 23:1-2).
Los que predican la unidad y no la viven, crean la confusión, y toda clase de dolencias individuales y sociales.

Por el contrario, el que habla de unidad y la vive atraerá a los demás y será amigo de todos. De esa manera el mundo gozará de paz y permanecerá seguro como una sola familia.
(Por Jesús A. Diez Canseco)